He decidido adelantarme a lo planeado originalmente.

La semana pasada escuché a tres empresarios He decidido adelantarme con los que decidí trabajar en un restaurante de Nueva York intentando superarse mutuamente con historias de sus últimas victorias. Nadie escuchaba, a nadie le importaban sus compañeros de mesa y nadie mostraba interés en nada más que en sí mismo. ¿Te imaginas sentado junto a uno de esos tipos en un vuelo largo?

Saludos! He decidido He decidido adelantarme hacerlo

desde 33.000 pies de altura lista de números móviles de asia en algún lugar

sobre el oeste de Virginia. Escribo desde el asiento 21D mientras viajo a Williamsburg mañana para un programa. Este artículo de mes es porque acabo de presenciar una de las grandes lecciones de la vida.

A mucha gente no le gusta viajar en He decidido adelantarme avión. Las colas, la congestión y los retrasos son solo la punta del iceberg. Viajo en avión casi todas las semanas, así que estoy familiarizado con estos prejuicios.

Pero hoy fue diferente

Hoy tuve un vuelo genial.

No fue genial porque me cambiaron También incluí información adicional sobre a primera clase, sino porque no. No fue genial porque el avión salió a tiempo, porque no salió. No fue genial por la amabilidad del servicio, porque los auxiliares de vuelo seguían teniendo mala actitud.

Hoy fue diferente porque

Pude ver a la persona sentada al otro lado del pasillo dar un curso sobre cómo hacer que los demás se sientan importantes, una habilidad valiosa que desearía que más gente tuviera. De repente, me veo rodeada de pasajeros que disfrutan estar atrapados en un pequeño tubo de aluminio mientras sale disparado por el espacio. ¿Cómo es posible?

Piensa en la última vez que te Directorio de empresas de Bélgica esforzaste por hacer que alguien se sintiera importante. Adelante… Espero.

Aunque el concepto suena simple, muchos no podemos superar la tentación de hacernos sentir importantes. Lo vemos todo el tiempo.

La semana pasada escuché a

tres empresarios en un restaurante de Nueva York intentar superarse mutuamente con historias de sus últimas victorias. Fue doloroso verlo… Solo puedo imaginar lo pequeños que se debieron sentir todos en esa conversación. Nadie escuchaba, a nadie le importaban sus compañeros de cena y nadie mostraba interés en nada más que sí mismo. ¿Te imaginas sentarte junto a uno de esos tipos en un vuelo largo?

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